domingo, enero 15, 2006

La bestia al final de la deseperación (Agonía vertical)

Querida Patricia:
La verdad que se me hace muy difícil escribir esto, hace tiempo solo tengo bellas palabras para ti y hermosos recuerdos que me has entregado, pero creo que es la hora de decirte la verdad, por mas fea que sea, por lo mismo te pido disculpas por estas palabras.

Me tomo mucho tiempo pensar esta determinación, (bueno tu ya sabes cual, posiblemente me estas viendo colgar como un péndulo, al final de esta soga que acaba con lo vital y me amarra a la muerte) pero creeme que fue mas largo el tiempo de agonía que el tiempo que me bastó para morir de esta manera. Y fueron años de perturbación, autodestrucción y dolor... si mucho dolor, heridas que se llevan por dentro, muy profundamente en mi cuerpo, por detrás de todos mis órganos, en cada rincón de este abollado cuerpo que descansa verticalmente en el aire, horizontal para el tiempo que me entierren. No solo fue la desesperación la que me mato, fue el mundo, la gente.... si, esta gente de la puta madre, poniendo sus manos en mi grueso cuello, asfixiándome con cada mirada, cada palabra. Nunca estuve preparado para aguantarlos, ni siquiera el olor del resto, creo que fue el error de mi madre quien me mantuvo muy cerca de ella, claro que ahora que lo pienso solo me protegió, ella debió saber que solo querían carne para su caldero.... yo era perfecto para aquello.
Ya no aguanto mas, ni un instante mas, pude soportar durante todos este tiempo junto a ti, pero yo no quiero hundirte en este vació que soy yo, no lo mereces, no mereces arrastrarme por lugares donde no quiero estar, yo creo que serás feliz sin mi, soy solo una mancha en tu mejor vestido.

Hoy cuando desperté sentí que el aire tenía un olor diferente. Después de la primera taza de café, a las 12 del día, me senté a preguntarme sobre Jesús y su muerte, en el martirio de su vida pues quien demonios me dice que no quería suicidarse ¿y si él no quería ese propósito que le impusieron? quizás él quería ser un carpintero mas, casarse y morir, pero ese gran Dios, el cual creo al hombre a su imagen y semejanza por consecuencia de su frustración de ser omnipotente y no normal, decidió que su propio hijo experimentara algo tan mortal como morir.... ¿quien me dice que es ese mismo Dios quien me puso este castigo de vida? Dios, aun cuando quisiera, no podría darse muerte y ejercitar ese privilegio que concedió al hombre en medio de tantos sufrimientos de la vida.

Alguna vez dije, en un delirio de positividad, que la muerte tendría que tener mi complicidad para llevarme; ahora soy cómplice de mi propia muerte

Querida amada: Cuando se ha perdido todo en la vida, cuando el hombre solo ha mutado a ser un insípido y escuálido ser insignificante, cuando la esperanza es una ácida y obstinada mujer que se nos vuelve difícil de conquistar, cuando la vida solo se ha vuelto una calamidad; la muerte es un deber. Creo que la mejor manera que tengo para desafiar a esta tormenta es la muerte y tengo el poder de poner fin a mi vida y apaciguar esta calamidad. Pero no pienses que mi acto solo fue un motivo de destrucción de mí ser, tómalo como dice Artaud: Si me suicido no será para destruirme, pero sí para ponerme otra vez atrás.

Te amo en lo mas profunde de mi ser, eso ni la muerte podrá quitarme. Debes cuidarte mucho y no te preocupes por mi ausencia física, pues yo estaré siempre que me recuerdes.

Cuídate mucho, no le digan nada a mi madre, si pregunta solo díganle que me fui a un largo viaje y probablemente no regresaré.

Te amo, fuiste y serás increíble. Adiós

Iván
p.s.: Cuida mucho a Bruno, sácalo a pasear, dale sus dos comidas y tápalo en las noches.
p.s.1: dile a mis íntimos que en el final de mi vida, los recuerdos de ellos me acompañan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿esta agonia vertical es tambien una agonia sexual? por lo de la sonrisa vertical.....

Alejandra Pino dijo...

pregunta coqueta...
pero eso se pregunta personalmente, para observar la direción y posición de la boca...