domingo, enero 15, 2006

Bizet es un pájaro de la noche

Fui por todo el parque pisando cada poza de agua que la lluvia rencorosa dejo caer ese dia, la ciudad estaba húmeda, por la excitación de una inesperada amante suave que caía en sus urbanos brazos, la respiración de la tierra se hacia trémula e inestable. El aire está tibio... va a llover nuevamente, en ti y en mi. En todos.

"...Nooo, si viera usted como la gente corría mojada, oiga... hace rato que no llovía así" me afirma la vieja angustiosa del almacén donde pasé a comprar un triste y seco cigarro. No fumo, es la verdad, pero esa noche me lo pidió, tú me lo pediste, me lo gritaste en la mente, sin hablar... sin que estuvieras aquí, conmigo.

Es la angustia, y con eso justifico el hecho, el acto. Y lo prendo, aspiro, boto, y recuerdo las veces que te pedí que lo apagaras, siento el sabor malísimo en mi boca, y viajo a la tuya, con los ojos cerrados. Los abro y estoy fumando en un bar con amigos... pero ¿quienes son ellos de verdad? estos no son mis amigos, ellos en silencio me miran, no se si se preguntan que hago yo, una extraña sentada con ellos, pero veo que siguen mirando y uno se para, saca su chaqueta y me tapa... estaba desnuda.

¿Dónde está mi ropa, dónde?, ¿dónde está.... mi piel? me la toco y no está ahí, no la siento, no la veo, esto no es piel, es escama y me seco.... si, me seco. ¡Agua, necesito agua! y corro a la calle buscando mis pozas de agua, debo zambullirme, tengo que nadar... si no muero, si no que será de la aventura de este pez, mas pescado que pez... ¿pero qué pasa? el suelo esta seco, seco como yo, como la atenuante sombra que soy, como la aspiración de algo que no es, que nada... nada, para ser algo.

¿Qué suena? Carmen! la dulce gitana que baila en mi alma. Te siento danzar en mi pecho, cantas en mi oído Carmen... grítamelo! eso, dímelo fuerte! L'amour est un oiseau rebelle, que nul ne peut apprivoiser... tan rebelde, tan indómito, como tu, porque te miro y estas tendido en mi cama, duermes como un niño cansado, de amarme y amarme esta noche... yo me hundo en tu pecho, quiero oír tu corazón, tu Aria divina de la Vida, pero solo logro escuchar la Opera, y a Carmen..... te alejas, ¿Dónde vas...?... duermo.

Y despierto, en una plaza, cerca de tu casa, cierro el libro añejo que me prestaste, suspiro y me siento idiota; mientras veo a un viejo grande, siniestro, que me mira desde una penumbra, es casi pájaro y negro, grandes lentes, demasiado perverso, demasiado obsceno en la noche. Pide horrores, lleva deformidad, entra en un café con alguien de similares características, miedo y pasión. Los miro, discuten. Hay algo raro, cae una gota... parece que comenzara a llover; mejor será ir a tu casa, a verte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo lo prefiero desde abajo, para que brille dos veces...












desde donde lo prefiere usted?