1 siglo después...

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Este año, casi diez años

Años armando un pobre, satisfecho y triste río,
Un río que llevó piedras, ramas y 2 cadáveres,
Cadáveres rotos por la decepción y el ímpetu de un raro odio…
¡Qué poco conocen del odio los muertos!

Muertos están los recuerdos de aquellos ciclos eternos
Recuerdos impresos en la membrana del viento que lleva un espeso polvo.
Sangre espesa, atestada de mal… ¡qué sudor hay entre suspiros desalentados de amor!
Suspiro eterno, mi mente fría
Eternas manos que sabían hablar, sabían reír junto a mi oreja
Hablaban de esperanzas, sueños, vidas… todo fracturado, todo extinto
Vidas de nuevas vidas, de funerales difuntos, de una historia que es un fantasma

2 cadáveres indecorosos y 1 que casi lo fue,
3 vidas en desesperanza
Y 1 en plena espera entorpecida por el futuro de uno y por la desdicha de otra
10 años de fábula en vida, que codicia para ambos ¿no te parece?
7 años de un crimen, de una culpa
8 años tendría una estrella fugaz que murió en pleno principio
Interrumpida por 2 manos siniestras…
Tanto calculo y se arraigó un vacío perdurable en mi pecho y en mis brazos

Todo esto ¿para qué?
El duende del viento se fue, emprendiendo grandes tempestades en otros lados
Pero en el fondo de esta pieza, en un rincón se le ve riendo
Como antes, desde siempre diría yo
Y al final, la muerte de 10 años se vislumbra en el amanecer de 2 seres distintos
Al final, tan equivocados no estábamos