jueves, octubre 26, 2006

Sueño en sueño, pero la muerte es una

Retando al abismo y el destino, me visto con mi mejor traje y luego de implorar al viento, bebo la amarga libación de mi espesa y ostentosa saliva, recuerdo la que fue mi desterrada vida junto a todos, cierro los ojos y me arrojo.

Pero algo pasa…no caigo, floto y es ahí, en ese mismo preciso instante cuando miro al cielo y las nubes corren hacia el norte, se despeja todo. Es de día de nuevo y el espiral de la cuidad comienza a funcionar nuevamente encorvándose y labrando almas, vuelvo a la tierra, lloro y caigo durmiendo en mi lecho, luego despierto del letargo de la inmortal enfermedad del sueño y de pronto un suspiro junto a mi.

Estas tú.

Salto de mi camastro tibio aun plenamente estremecida, como un paralizado Segismundo que mira alrededor buscando respuesta, solo para entender que la torre que sirvió de prisión a su insólito ser ha caído, y se tropieza con la angustiosa realidad que es su verdad, en mi caso, la mía. Me miras y te oigo dulcemente

-¿Qué pasa? ¿Nuevamente tus pesadillas?

- ¿Quién eres esta vez?-
pregunto rudamente, solo por saber

-Calma mi vida, solo soy yo



“Calma mi vida”… eso me impregna profundamente. Nunca fue mi vida de verdad, viví la tuya, entregada desde el momento en que nací, o quizás destinada para ser tuya… ¡no lo sé, ya me has confundido lo suficiente! Corro rápidamente, abro la ventana y esta la cuidad, pasándome y ungiéndome en la vorágine del alma perdida por muchos y recuperada quizás por nadie, toco mi frente y me abrazas… termino por reconocerte, si… eras tú, y me calmas y me enfrentas a la vida, pero de otra manera.

Me abrazas fuertemente y en un acto desequilibrado, me lanzas por la ventana hacia la acongojada vista, grito sin poder emitir resonancia de mi vida ni de mis huesos, abro las ventanas del alma y sonríes… ¿qué pasa ahora? caemos juntos… pero luego de oprimirte contra mi ser (porque si me muero, mueres junto a mi) siento que esta caída no acaba nunca y al voltearme veo que, sin azotar nuestro cuerpos contra el cemento, nos detenemos y no estamos en la calle sino que en nuestra cama. Despierto nuevamente, y ya no sé que está ocurriendo.

-¿Qué pasa? ¿Nuevamente tus pesadillas?

- ¿Quién eres esta vez?-
pregunto de nuevo pero con tono de desconcierto

-Calma mi vida, solo soy yo

Ya no sé que pasa y corro hacia la puerta. Salgo y la gente queda estupefacta al ver mi desnudes, no reacciono y la muchedumbre se abalanza contra mi y comienzan a morderme todo el cuerpo: cada pie, cada brazo, cada parte de mí, todo. Ferozmente devorada por cientos y cientos, hambrientos de mi y luego dan paso a la perfecta figura que domina la situación

¿Nuevamente tú? ¡Nuevamente tú!

Y recoges mis pedazos para construirme de nuevo. Me besas y tu aliento choca en mi frente me calma y dices: “Luego despertaras y la realidad será diferente, quizás no pueda acompañarte para siempre pero estoy segura que tendrás la fuerza para soportar todo obstáculo que te de la vida, ten fe mi vida…”

Despierto y no sé si realmente lo hice, me golpeo la cara y el dolor cubre la dolida piel de mi confusión. Nunca estuve en mi cama, jamás contigo, solo tengo por lecho tu nicho cubierto por flores que te recuerdan y que hacen mas llevadera tu ausencia y muerte.

No hay comentarios.: