domingo, abril 29, 2007

Más rápido se pilla al ladrón

Miró fijamente por la ventana del vagón. Su mamá había estado callada toda la mañana y sólo la radio refunfuñó en el desayuno. De pronto, ella saca de su cartera, una estación antes de que él se bajara, un mediano paquete de diario y le dice con la típica voz de autoridad de una madre:

-¿me podis explicar que significa esto?

Desesperado y pálido, solo atinó a echar los recuerdos hacia atrás y recordar el último viaje al norte con sus compañeros de curso, cuando llegaron a un pueblito de por ahí donde la marihuana era baratísima y “guena”… ¡¡Chan chaaann!! Y solo pudo decir a duras penas, y con tono de ofensa falsa:

-¿pero ve como es mamá? A usted le gusta andar intruseando en mi pieza, después termino metido yo en problemas, porque ese paquetito que tiene ahí es la hierba pa la hipertensión que me encargó el malas pulgas de Don Nano, más encima Ud. sabe como es él, ayer me pegó la tremenda retá, me dijo que era un irresponsable y un millón de cosas mas… ¡¡le tuve que devolver la plata y ahora con suerte tengo pal completo del medio día!! Ya ni me acuerdo como se llama… algo así como machacona, mamachuta….
- Chachacoma, hijo
- Eso mismo pué, ni la he podido encontrar aquí…
Y en un par de segundos, medio nervioso y medio mentiroso, le arrebata el paquetito de las manos, se lo pasa por la nariz para comprobar su motín y lo guarda rapidísimo en su mochila.

Y efectivamente, el muy rabioso de Don Nano, le había dado la misión de encontrar la tal chachacoma para la hipertensión cuando viajó, pero ese favor ya estaba entregado y saldado, incluso parte del vuelto de ese encargo termino siendo el “motín” que su madre había confiscado para la escena. El metro para, solo habían pasado unos segundos y con el tono de ofendido, más seguro aún y con propiedad, remata:

- Yaa… ¿sabe que más? Déme eso y yo se lo voy a entregar, no le diga nada Ud. al viejo, no ve que es tan chúcaro por la edad, voy a arreglar la mensa embarradita que me dejó por intrusa y trataré que todo quede en buena ¿me oyó?

Silencio, el pito (¡del metro!) suena y avisa que las puertas se cerrarán, la madre abrumada, el pillo con la victoria casi dada, concluye:

- Me voy, estoy ultra atrasado
- Claro, chao y que te vaya bien… disculpa hijito…
- Naa… no se preocupe mamá, la quiero y que le vaya bien


Se baja el canalla, la madre queda en un lapsus interruptus, luego se cierra la puerta, él sonríe y el tren se va.

2 comentarios:

R. Basar dijo...

Se va, quedó el vacío, pequeñas heridas que ni se notaron en el momento de ser abiertas...

R. Basar dijo...

Bonita historia.